CAYAPA LATINISTA
En la cayapa latinista convocada para este miércoles santo por la Junta Directiva, a través de la Dirección de Deportes quedó ratificado que cuando se trabaja en equipo se cumplen los objetivos.
No vinieron todos los que se esperaban, pero si los necesarios para hacer de una pesada jornada de trabajo, un lugar para demostrar que las causas comunes se pueden enfrentar enseñando con el ejemplo.
Lo mejor de una cayapa, que en el diccionario criollo significa unión, es que muestra el lado solidario de cada participante. El aporte que despoja a la persona de su “yo soy como soy”, para convertirlo en uno más del objetivo que se persigue.
La cayapa latinista convocada el miércoles santo por la Junta Directiva, a través de la Dirección de Deportes contó con todas las herramientas, tanto materiales como humanas. Lo mismo fue un rastrillo que un chiste, un trompo que la solidaridad, un pico, manguera, pala, que el compromiso, la actitud, y sobre todo, la comprensión y la tolerancia.
Como en la fábula de la asamblea en la carpintería, todos encontraron la mejor forma de aportar, sin mirar que hacía el del lado.
La cronología de la jornada inició a las 9 de la mañana, con los ingenieros discerniendo sobre cómo abordar el arreglo del infield. Hubo diversidad de criterios, pero al final se impuso el más común de todos; “Vamos a echarle bolas”,
Paralelo a esto, iba corriendo la logística, tanto en el terreno de juego, como allende de la cerca, donde el comité de damas se paseaba con los ingredientes del apetecido sancocho que, iría a reponer las fuerzas de los inspirados cayaperos.
El sol, muy radiante a ratos, recordaba que había que acudir en busca del agua que nunca faltó, tampoco quien la repartiera con un ligero desbalance para el que portaba la caja.
Si alguien estuvo ausente fue el desgano, la intriga y las fuerzas que a golpe de 7 de la noche habían abandonado a muchos de los participantes que al final del laborioso día levantaron la cabeza para contemplar asombrados lo que habían conseguido.
Menciones especiales para todos que como uno solo lograron despertar el interés por esta actividad que ya quisiéramos repetirla en todas las áreas del Centro Latino para poder hacer válida la frase “nuestra segunda casa”.